Descripcion
El ruido ensordecedor de una sirena retumbó en los tímpanos de los transeúntes. Una ambulancia atravesaba la ciudad a toda velocidad.
Dos accidentados, con diversas contusiones, lastimaduras y miembros tullidos, eran transportados a Emergencias. Una joven enfermera de formas exuberantes y descomunal silueta les prodigaba una sensual asistencia haciéndoles olvidar sus dolores. El chófer sufría de un ligero estrabismo, pero esto no le impedía deslizarse estrepitosamente entre los cientos de coches que a esa hora circulaban por las calles de la ciudad.
Ya había rozado dos columnas del alumbrado público, rayado catorce automóviles, tirado al suelo a dos motociclistas y abollado un camión, pero su consigna era llegar lo más rápido posible.
El segundo enfermero, sentado al lado del conductor, fue el primero en ser atendido al llegar inconsciente al hospital y con serios síntomas de haber sufrido un paro cardíaco.