Descripcion
Pese a que esa mañana el día se anunciaba lluvioso, Bob quería a toda costa jugar al golf. Le costó trabajo pero finalmente logró convencer a Steve, su mejor amigo, de ir a jugar una partida. Luego de elegir el palo correcto para un día de lluvia, Bob se disponía a dar el primer golpe cuando una nube negra comenzó a cubrir el cielo. Levantó el club por sobre sus hombros en un perfecto backswing. Unas gotitas de lluvia comenzaron a mojar el césped, se concentró en la dirección que daría al golpe, alzó un poco más el palo y…de repente un rayo cayó a escasos diez metros. A pesar de que después estuvo tres días temblando, logró dar el drive más largo de la historia. Todavía no se encontró la pelotita.