Descripcion
Stéphanie había cuidado siempre su estilizada figura pero, desde que trabajaba como camarera, sufría horrores viendo pasar delante de sus ojos suculentos bocadillos, hamburguesas, pizzas, patatas fritas, cremas heladas, mousses de chocolate… Platos que debía contentarse sólo con mirarlos.
Un día mientras trabajaba, escuchó un sonido muy extraño, como una sirena. En un primer momento creyó que se trataba de su nuevo teléfono móvil, hasta que se dio cuenta de que el silbido provenía de su estómago y tuvo ganas de llorar. En ese preciso momento, un grupo de jóvenes entró en el restaurante. Entre ellos, uno la observaba fijamente. Fue como un flechazo.
El muchacho embobado y con la boca abierta la miraba a los ojos esbozando una ridícula sonrisa.
Tiempo después, Stéphanie no podía creer lo que estaba viviendo, vestida de novia con un enorme ramo de flores entre sus manos y sentada en ese magnífico descapotable junto a Gilles, el amor de su vida quien, en impecable frac, llevaba dibujada en sus labios la misma ridícula sonrisa de aquel primer día.