Descripcion
Pascale y Dominique cargaron el coche con frutas, libros, pinceles, óleos, bastidores y un viejo caballete. Salieron sin rumbo fijo con el único deseo de encontrar un hermoso paisaje que contemplar y plasmar en el lienzo. En el asiento de atrás, “Aramis”, el perro, saltaba de alegría sobre los tubos de óleo, esparciendo pintura en un “happening” de colores. La rueda delantera izquierda hacía un ruido un tanto extraño, la suspensión estaba en un estado lamentable, la pintura del coche, oxidada y cuarteada, era un pálido recuerdo del color original. La carrocería había sufrido el paso del tiempo y no le faltaban abolladuras, pero el motor… ¡ah el motor, con su característico y musical ronroneo, un placer para los oídos, algo sublime, mágico! Qué más pedir? ¡La felicidad total!