Descripcion
¡Parecía que la moto iba a desintegrarse de un momento a otro! El ruido ensordecedor producido por su motor de 1.300 cm3 y la manera como vibraba, daban muestra de su extraordinaria potencia. Tras cada aceleración, dejaba una cortina de humo que dificultaba seriamente la visión de sus contrincantes. Los espectadores enardecidos alentaban al eximio piloto, quien a cada derrapaje los salpicaba de arriba a abajo.
El “Colorado” Ercila estaba acostumbrado a jugarse el pellejo en cuanta competición participaba. En las curvas sus rodillas sacaban chispas contra el pavimento, sobre todo desde que le habían colocado una prótesis de metal en la rótula.
Al final de la carrera, sus admiradores lo estrujaron en furibundos abrazos. Su ropa, completamente empapada, chorreaba dejando un charco de sudor como prueba del esfuerzo. El “Colo”, satisfecho de su actuación, se alejó sonriente hacia los vestuarios, mientras sus fans saltaban chapoteando de alegría.